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Una novela cargada de mucha historia y rudeza de la vida real, una historia vivida por muchos, que vivieron mis abuelos, mis padres y que ahora me tocó vivir a mi y a mis hijos. Solo el que vive un proceso dictatorial, una guerra, un exilio entiende la dureza de estas líneas. Siempre he dado gracias por lo afortunada que he sido de haber nacido en un país Tan hermoso, tan privilegiado y tan bondadoso como Venezuela, puedo dar fe que como Allende lo describe es tal cual lo que era mi país, fue cobijo y brindó oportunidades a todo aquel que llegara exiliado de cualquier lugar del mundo España, Italia, Portugal, Chile, Colombia sin juzgar, sin etiquetar, solo abriendo sus puertas y compartiendo sus riquezas. Hoy en día también doy gracias porque he sido afortunada y he podido contar con mucho cariño y muchas manos bondadosas en España. En fin, que me voy por las ramas, el libro con mucha carga histórica pero poca conexión con los protagonistas, creo que tuvo a una historia central que pudo ser muy buena pero se volvió secundaria porque los hechos históricos se llevaron más páginas, me hubiera gustado que los perfilara más, que los profundizara porque potencial tenían. Es mi única pega.
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