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Un grupo de jóvenes, desde lugares distantes entre sí y que no se conocen, establecen un horario para conectarse vía skipe, adoptan nombres rimbombantes y se ponen a disposición de la maestra (la creadora del juego) para resolver casos policíacos reales, donde también interviene la policía. El papá de la "maestra" es el jefe de policía de San Francisco, con lo que ella trae siempre novedades frescas de las investigaciones oficiales. La mamá, separada de su papá, da masajes sanadores, utilizando y vendiendo aceites esenciales y aceites aromáticos. Es una estudiosa de las terapias alternativas, y cuando uno de sus pacientes no mejora con sus propias atenciones lo deriva a algún otro especialista en la clínica holística donde cada uno trabaja de manera independiente, alquilando humildes consultorios. A medida que transcurre el relato, el juego acrecienta el número de casos en los que se ven inmersos, casi como dando razón a una conocida astróloga que predijo un "baño de sangre" en San Francisco. Son casos sueltos o están unidos por un hilo conductor, que hace del culpable un asesino en serie? Papá es requerido para obtener datos, pero debe admitir que estos niños son jugadores estupendos y quizás seguir algunas de sus sugerencias. Mamá continúa con su vida un poco errática entre amores y desamores, bastante apartada de la vida de su hija. Ésta, pupila entre semana en una escuela, es el amor de su abuelo materno, que se ocupa absolutamente de ella, tanto que es el único mayor que participa del juego de roles. Hasta que una noche, mamá desaparece sin dejar rastros. Aquí la policía y estos aspirantes a detectives tendrán que aguzar sus sentidos, porque está en juego la vida de la mamá de la "maestra" El final es trepidante en acciones y desarrollo, algo largo, con detalles exageradamente precisos cuando está por medio la ansiedad de descubrir al o los asesinos y si llegará a tiempo la ayuda para evitar otro asesinato en San Francisco. Una novela bien distinta a las que nos tiene acostumbrados Isabel Allende. |
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