La invitación

Lo primero que me llamó la atención de esta novela fue su preciosa portada, ni leí la sinopsis cuando me decidí a elegir este libro.

Cuando empecé a leerla no sabía a qué me iba a enfrentar aunque me imaginaba que sería una historia de amor, a principios de 1900, una historia de las que a mi me gustan. Cuál fue mi sorpresa al irme adentrando en la novela y ver que no era una historia de amor como tal, si no que la historia protagonista es la de dos hermanas muy distintas entre sí y con una vida muy diferente.

Al principio me costó entender en parte a la protagonista, Emma, no entendía que le costara tanto pedir ayuda a su hermana, al fin y al cabo, una hermana es una hermana y en el caso de Caroline, la vida le sonreía y podría ayudar a su hermana económicamente sin mover una pestaña.

Claro que cuando fui conociendo a Caroline un poco más, me di cuenta que, como bien dicen, todos los refranes trabajan y en este caso, se aplica y con creces el refrán "hace más el que quiere que el que puede".

Según van avanzando los capítulos va aumentando mi empatía hacia Emma, a la vez que aumenta también mi odio hacia su hermana Caroline y me siento más triste por la hija de ésta, ya que es una niña que vive a la sombra de su madre.

La novela en sí me ha gustado mucho, aunque en algunos puntos me ha parecido un poco monótona y predecible. Ayuda que tiene capítulos más o menos cortitos y se leen en un suspiro.

Quizá me ha faltado un poco más de caña en la historia, me hubiera gustado que la protagonista hiciera un poco más de fuerza para ayudar a su sobrina e incluso luchar un poco más por ella misma y no dejarse avasallar tanto por su hermana.

Lo que más me ha gustado han sido las descripciones que hace la autora de aquella época y la triste diferencia que se relata entre el día a día de la gente obrera y de las personas más adineradas de la ciudad.
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