Todo lo que sé sobre el amor

Nuestras concepciones sobre la amistad o el amor varían conforme crecemos. El universo se nos va desplegando poco a poco y ofreciéndonos nuevos datos que nos guían, o en el más común de los casos, nos confunden aún más. Todo lo que sé sobre el amor es un recorrido por esta percepción cambiante, un canto a la vida y sus múltiples posibilidades que te hace reír, llorar, morderte las uñas y, sobre todo, identificarte con cada palabra.

Dolly sitúa el inicio de la narración a los 18. ¿Qué mejor punto de partida que un todo lo que sé sobre el amor en la adolescencia? Es divertido, te atrapa y, por qué no, te devuelve a un pasado en el que tú también creías en ese tipo de romántica cargada de clichés. A partir de aquí, acompañaremos a la autora por su convulsa década de los 20, una etapa en la que como seres humanos sociales rompemos el cascarón y empezamos a darnos de lleno con el mundo real y las responsabilidades de la edad adulta.

Como se describe en varias ocasiones, es una franja rara, en la que dentro de tu grupo de amigas unas se están comprometiendo y otras están igual o peor que a los 15. Una etapa de adaptación, de cambios, por la que todas pasamos pero a nuestro propio ritmo, creándose este tipo de casuísticas en las que tus amigas de toda la vida parecen haber avanzado sin ti o haber cambiado completamente, pese a que el cambio se está produciendo en todas. Alderton no rechaza estos cambios ni las contradicciones que puedan surgir derivadas de ellos, sino que los abraza, los expone y reflexiona sobre lo que aprendió o le aportaron, cómo al final somos dueñas (y no) de nuestro destino y cómo lo principal es saber a qué le damos importancia y cómo actuamos con las cartas que se nos dan.

Si algo aprendí sobre el amor leyendo este libro es que es una experiencia individual y multipersonal, que lo hay de muchas maneras, aunque siempre se nos haya vendido el romántico, dejándose en segundo plano un amor franco como es el que sentimos por nuestras amistades, un amor que crece impulsado por la confianza. Con una amiga te comunicas plenamente, la acompañas en sus procesos a la par que ella te acompaña a ti y si en algún momento no es posible u os hacéis daño: lo habláis. La relación se debilita y al tiempo se vuelve a fortalecer, y eso es lo bonito de saber que tendrás a alguien que te acompañe cuando no te tengas ni a ti misma y es lo que deberíamos buscar en los demás, tanto en la amistad como en el amor, no una relación superficial o fingida.

Todo lo que sé sobre el amor es una lectura con la que es fácil sentirse identificada (al menos desde mi perspectiva de mujer europea blanca, todo hay que decirlo), con la que aprendes, ríes (MUCHO), lloras y recuerdas. Un viaje terapéutico en el que te sientes comprendida, en el que te reconoces y en el que puedes ver cómo después de caer, te puedes volver a levantar, ya sea sola o en compañía.