Ya dije que iba a devorar esta historia. En este libro la figura de Gabriela se desdibuja. Nos ponemos en la piel de Juana, su hija, uniendo a madre e hija en la huida de un país gris y triste hacia otro lleno de color y libertad. Los desasosiegos y pensamientos de Juana hacia su madre, dejan a una hija sola con inquietudes por la vuelta a sus orígenes. Y es que entre la tristeza y los recuerdos hacen que madre e hija se distancien pero se necesiten la una a otra. El viaje de este libro ha sido increíble. En cuanto lo he acabado me he puesto a llorar como una magdalena y es que se queda dentro de ti. El paso del tiempo, la mirada hacia atrás, las consecuencias de los actos . Me encanta como abarca la autora estos temas. Poneros a pensar que el libro empieza en 1936 y acaba en 1954. Da miedo ver cómo pasa el tiempo tan rápido y si ya te pones a pensar en tu propio tiempo, entonces esto te abruma. La vida es muy corta. |