Un poema de Rudyard Kipling, autor del Libro de la Selva, que concibe para su hijo. No había visto las ilustraciones que acompañaban al poema y cuando lo abrí me decepcioné un poco. No son ilustraciones como tales, parecen más collages, muy muy sencillos y que no me transmiten mucho. de difícil interpretación y a veces no veía correlación entre éstas y el texto. El poema es una lección de inteligencia emocional, consejos para construir una autoestima firme y sana. Me ha parecido precioso, aunque a veces rígido y disciplinario, características que no considero muy positivas hablando de sentimientos. La traducción me ha parecido genial, muy correcta. Quizá la obra no sea del todo infantil debido a la dificultad de transmitir ideas tan abstractas y lecciones de vida tan lejanas para un niño. En general me ha gustado, pero no me ha encantado. |