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"Detrás del espejo" esconde una mezcla de géneros que da lugar a una composición única, dotando a la novela de una voz propia que te envuelve y te atrapa. La obra empieza como una trama de asesinatos a resolver, sin embargo, llega un punto en el que esta empieza a derivar hacia una vertiente onírica con tintes fantásticos, convirtiendo todo el conjunto en un thriller paranormal que esconde algo más complejo que la búsqueda de un asesino. Se trata de una novela en la que destaca la maldad del ser humano, por lo que hay escenas duras. Sin embargo, esa crudeza queda algo suavizada al compensarse con una narrativa hermosa que demuestra que, para hablar de hechos duros, no es necesario emplear un lenguaje soez. Un estilo que, en ocasiones, resulta casi poético, pero sin llegar a ser recargado, dotando de belleza escenas turbias y creando en el lector un fuerte impacto, pero sin pecar de desagradable. Nos encontramos, además, con una ambientación muy cuidada. Un espacio acotado, pero perfectamente definido y muy peculiar, que se convierte en el eje central y que resulta todo un distintivo de la obra. Y es que, cuando cierras los ojos y piensas en Detrás del espejo, hay un paisaje muy específico que te viene a la mente. No es una lectura de fácil digestión, por lo que no se la recomendaría a todo el mundo. Pero si os gustan los libros oscuros que rebosan sentimientos y no os da miedo navegar entre pensamientos turbios y escenas duras, os animo a que os dejéis sorprender con esta lectura. |
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