Diario de un fiscal rural

Escrito en 1937, “Diario de un fiscal rural” nos habla de los entresijos de la justicia: del trabajo del fiscal, la redacción de informes tediosos, la investigación de un asesinato y el entramado de todo el personal, que, en lugar de ayudar a esclarecer y dotar de agilidad a la Justicia, parece que consigue lo contrario. Lo cogí de la biblioteca por ser, supuestamente, una novela policiaca y por transcurrir en Egipto. Aunque no llega a ser una novela policiaca al uso porque no se centra en el asesinato, me ha parecido completa porque el autor nos cuenta cómo funciona toda esa parte que no se ve; el papeleo, la burocracia. Además, me ha traslado a un pueblo pequeño de Egipto, rural, cateto, primario y nunca había leído algo sobre zonas rurales egipcias. Otra de las cosas que más me ha gustado es que queda latente toda la podredumbre democrática: cómo la justicia queda dependiente del poder político hegemónico y de sus intereses particulares y la inmundicia política corrupta, así como, la doble moral y la superioridad moral de quien imparte justicia creyéndose un Dios todopoderoso. Como pega, añadiría que la edición omite algunas tildes. Por lo demás, lo recomiendo.