La bella historia de una abuela considerada un poco loca, chiflada y evocada por su nieta. La abuela no tiene nombre, es una mujer sarda casada tardíamente y sin amor. La única vez que ella fue al continente, fue para hacer una cura para sus cálculos renales. Allí conocerá un hombre, afligido del mismo mal y con quien vivirá una amistad amorosa que ella transformará en historia de amor transcribiéndola en cuadernos que su nieta encontrará después de su muerte. |