Mal de piedras

Abuela es otro de los entrañables personajes que hacen de la literatura un lugar mejor.

Obligada a casarse con un hombre al que no ama, tratará de adaptarse pero sin renunciar jamás a su gran sueño.

Práctica hasta las últimas consecuencias, abuela ofrecerá a su marido los mismos servicios que el encuentra en un burdel y así la economía familiar podrá destinarse a otros menesteres.

A las relaciones sexuales conyugales las llamarán "prestaciones" y creo que con esto es suficiente para llamar la atención del futuro lector.

Milena Agus con gran y acertada sensibilidad aborda de manera original una Italia costumbrista que no difiere mucho de la Europa del pasado siglo.
No nos engañamos, anteayer y todavía, por desgracia hoy.

Una sociedad injusta donde los anhelos de la mujer siempre quedaban soterrados bajo el aplastante yugo matrimonial, el recato y el hombre post neandertal.

Una cárcel cultural donde los deseos siempre fueron atados con grilletes de servidumbre y cadenas de decoro y honra.

Con gran destreza, sin hacer daño a nadie, la autora cuenta una historia narrada por la nieta sobre la necesidad y el derecho al amor, aunque este sea idealizado.

Y digo bien, sin herir a nadie porque la figura de abuelo no está elevada a la maldad.
Al contrario, a su forma y con todos sus defectos, el, en cierto modo la cuidará y protegerá.

Mal de piedras es una novela de seres imperfectos, de una búsqueda y un encuentro en un apartado lugar que mucho tiene que ver con el título y que no seré yo quien desvele.

Tengo la sensación de que Agus juega en todo momento con el lector. Que te conduce por un camino, para después encontrarte en otra dimensión parecida, pero distinta en realidad.

De esos textos que sin darte cuenta se te van metiendo dentro y que terminas con un suspiro y el pecho henchido, independientemente de si su final es alegre o triste.

Escrita de forma respetuosa e inteligente la novelita deja para la reflexión hasta donde puede llegar lo idealizado y cual es el precio a pagar por nuestras obsesiones.

Para saber más, tendrás que leerlo.

PD. ¡ Hazlo!