Expediente 64

Expediente 64 es la cuarta entrega protagonizada por el inspector de policía Carl Mork y el Departamento Q, cuya especialidad son los crímenes sin resolver que han sido archivados. Él y su equipo reabren los casos para volver a investigarlos, partiendo desde cero. En esta historia vamos a contar con los mismos personajes principales, siendo el más destacable el de Carl. Así mismo, continuaremos contando con la presencia de sus ayudantes Rose y Assad, un sirio rodeado de cierto halo misterioso del que me esperaba que el autor desvelara algo más sobre su pasado, pero me he equivocado y tendremos que seguir con el resto de la saga para averiguarlo. Me encanta este personaje por su forma de hablar y los refranes tan extraños que suelta cada dos por tres y que te dejan a cuadros escoceses.

En esta novela se nos narra un caso que se cierra de manera auto conclusiva, pero os aconsejo leer los libros en orden y así podéis ir viendo cómo van evolucionando sus personajes y conociendo la información que poco a poco nos va dosificando el autor sobre el caso de la "pistola clavadora", un episodio negro en el que se vieron involucrados Carl y dos de sus compañeros.

Se enfrentan, una vez más, a un caso complicado, el de Nete Hermansen, que quedó olvidado y sin resolver hace tiempo y que les va a salir muy caro a nuestros chicos del Departamento Q. En Expediente 64 nos vamos a encontrar con una trama principal y varias subtramas secundarias. La historia principal se centra en el personaje de Nete y comienza desde el mismo prólogo que nos sitúa en Dinamarca, en noviembre de 1985. Nete asiste como invitada, junto a su esposo, a una cena en homenaje al ganador del Premio Nórdico de Medicina. de repente un hombre que dice conocerla, le increpa y le insulta. de camino a casa, y tras confesarle a su marido un secreto que llevaba mucho tiempo ocultándole, su coche sufre un accidente en el que ella queda malherida y su esposo fallece. Con este comienzo ¿quién no se engancha a la historia? A mí me agarró por el pescuezo y ya no pude parar de leerlo.

Casi 25 años después Departamento Q retomará la investigación de unos cuantos casos de personas que desaparecieron sin dejar rastro. Todos desaparecieron el mismo fin de semana en 1987. Expediente 64 narra la búsqueda desesperada de venganza, de justicia y redención. El libro está dividido en 46 capítulos y su narración es en tercera persona. En general, el ritmo narrativo es algo pausado, tranquilo. Nos enfrentamos a un caso muy complejo, que está tejido como una tela de araña que poco a poco el autor irá desentrañando. Su acción no es lineal cronológicamente, si no que contiene saltos en el tiempo donde se irán alternando ciertos acontecimientos acaecidos entre noviembre de 1985, agosto y septiembre de 1987 y el 2010, que es el momento actual.

A lo largo de la trama principal iremos conociendo a Nete, una chica con una infancia difícil, huérfana de madre desde los 5 años y criada como un animal salvaje, sin apenas educación. Perteneciente a una familia de granjeros, estuvo rodeada tan solo de figuras masculinas (sus hermanos y su padre)y no sabía convivir entre personas. Nuestra protagonista fue víctima de fuertes tendencias asociales, de ahí que fuera considerada una perversa moral y una deficiente mental. Y para complicarlo todo aun más, la juventud de Nete se verá truncada cuando conoce a Curt Wad, un ginecólogo que está organizando las bases de un partido controvertido, de corte neonazi y que aboga por no mantener vivo algo que no tiene ninguna posibilidad de vivir de una manera digna. Este fascista contribuirá, junto a otras personas, a convertir la vida de la joven en un infierno. Una vez más, toda la labor de investigación será llevada a cabo por Rose y Assad. Todas las pistas que encuentran los dirigen a la isla de Sprogo, y descubrirán los terribles acontecimientos que allí ocurrieron.

Como en sus anteriores novelas, Jussi Adler-Olsen utiliza el mismo esquema que tan famoso lo han hecho. No es una novela de investigación al uso porque conocemos la identidad del asesino desde primera hora, lo que permite al lector ir por delante en la investigación del caso. Otra de las subtramas es la que comenzó en la primera entrega de la saga y que guarda relación con el intento de asesinato de Carl mientras investigaba cierto delito junto a dos de sus compañeros. En este libro surgen nuevas pruebas que van a implicar de lleno a Carl en lo que parece estar convirtiéndose en un caso de asesinatos en serie.

En esta novela el autor ha querido realizar una crítica velada, poniendo de relieve los errores del pasado, a unos acontecimientos repulsivos y vergonzosos acaecidos en la isla de Sprogo. Estos hechos han sido silenciados, durante mucho tiempo, por el gobierno danés. Entre 1923 y 1961 Sprogo albergó un sanatorio-prisión para mujeres que supuestamente padecían enfermedades mentales, o se dedicaban a la prostitución. Madres solteras o jóvenes promiscuas, mujeres que no estaban capacitadas para llevar una vida normal porque eran consideradas personas inferiores. Allí se practicó la eugenesia a mas de una chica, para evitar que sus "genes indeseables" se propagaran entre la sociedad danesa. Sufrieron maltratos de todo tipo y la única forma de poder salir de este infierno era sometiéndose, forzosamente, a la esterilización.

Los personajes de Expediente 64 están perfectamente definidos, sobre todo los tres principales, a los que veremos evolucionar poco a poco y de los que se desvelan algunos secretillos. Si bien es cierto que la trama no tiene un rimo muy frenético, su final es totalmente sorprendente, que en ningún momento se ve venir.

En resumen, Expediente 64 es el libro que más me ha gustado de todos lo que llevo leídos de esta saga. Narra unos acontecimientos cimentados en hechos reales, acaecidos en la isla de Sprogo, donde se llevó a cabo una limpieza étnica con mujeres que en aquella época fueron calificadas como escoria social.
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