Una vez más Abercrombie lo ha vuelto a conseguir: sin nada rompedor respecto a sus anteriores trabajos, sin inventar nada, simplemente refinando una fórmula para ofrecer una nueva novela repleta de acción, crudeza, pasión y personajes con luces y sombras. Al igual que los engranajes de las máquinas que representan el inicio de la era industrial, la historia va avanzando de forma inexorable hacia un desenlace que, como siempre, no deja indiferente. |