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SAMANTA TRAS EL CRISTAL - MARÍA AMADO Soy de las que piensan que los libros te eligen a ti. Cuando lo terminé ayer, lo confirmé. Primeramente, gracias a María y a Bea por enviármelo tras el sorteo que hicieron. Sabía que este libro iba a gustarme, pero no esperaba que su lectura me ayudara tanto. La verdad, me ha pillado en un momento complicado de mi vida y leerlo ha sido una gran experiencia. Aprendizaje. Esto más que una reseña, es una reflexión personal. Qué bonito es el amor en todas sus vertientes. Qué importante y complicado es mantenerte a flote en los altibajos de la vida. Qué ilusos somos, al pensar que las personas que nos acompañan en el ahora estarán para siempre. 'Samanta tras el cristal' ha sido un camino de introspección y reflexión tremendo. No valoramos ni somos del todo conscientes de la importancia del tiempo. Él no espera y la vida sigue pasando ante nosotros, aunque nos quedemos varados en la inflexión. María, qué bonito cuentas cómo la lucha insaciable y las ganas de vivir hace que nos sintamos mejor, aunque se nos escape de las manos. No me había dado cuenta de que el amor tiene muchas formas: un mensaje, una sonrisa, una mirada, una partida de parchís, una palabra... No me había parado a pensar en el tiempo que perdemos pensando en un futuro incierto y que este, nos haga olvidar el momento presente. 'Samanta tras el cristal', me parece un libro taaaan necesario de leer... Para todos. Si te encuentras bien, léelo, si te encuentras mal, léelo. Os ayudará a entender cosas, detalles, que estoy segura que no veis en vuestro día a día. No hay que correr tanto, hay que disfrutar de cada pasito que damos, porque no sabemos si será el último. Para mí, ha sido como leer parte de mi vida, sin quererlo, en la vida de otra persona. Ha sido más duro de lo que pensaba, pero tras leerlo, tengo el sabor de boca más dulce el mundo. A veces nos perdemos y encerramos en una habitación a oscuras, sin luz, olvidando que si la buscas, esa luz la iluminará y te hará salir. Gracias a Ágata por iluminar un poquito el mío; y a Samanta, por vivirlo todo tan intenso y bonito. |
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