El descubrimiento del primer amor, de la propia sexualidad,de ser como uno mejor se siente sin el miedo al qué dirán. La fuerza y determinación de Marc para hacer ver a Aran que es perfecto tal y como es me parece maravillosa. Los secundarios son un punto fuerte y fundamentales para nuestros protagonistas. Una historia de amor adolescente de lo más emotiva y que hace reflexionar sobre con cuánta facilidad juzgamos a la ligera a los demás y les hacemos la vida más difícil aunque ni siquiera seamos conscientes de ello. Un bravo a Roser, dame más
|