Música para melocotones

Marisa López Soria, ha publicado más de treinta historias dirigidas principalmente al público infantil y juvenil, aunque ella describe sus libros aptos “desde los 3 a los 103 años”.
Ha sido ganadora del Premio Nacional de Narrativa del Ministerio de Educación y Ciencia en 1986, El Premio Lazarillo en 1996, su inclusión en la Lista de Honor de la CCEI en 2003 y el Premio Destino Infantil Apell-les Mestres en 2006. También ejerce como jurado y conferenciante por toda Europa.

“Música para melocotones” es una novela juvenil, escrita con una pluma fluida, sencilla, ingeniosa, chispeante y con un vocabulario amplio, mezcla entre lo culto y lo coloquial, adaptado a los jóvenes.

Dividida en tres partes, la autora juega con el narrador, siendo la primera persona durante las dos primeras, y, ampliando la perspectiva, desde una tercera persona en la última. Esto permite al lector conocer los sentimientos y pensamientos profundos de los protagonistas antes de llegar al punto álgido de la novela.

Los personajes, carismáticos, divertidos, cercanos, vibrantes, entrañables y atrevidos, nos presentan situaciones, a través de una trama divertida, que llevan implícitas un fuerte mensaje contra el sexismo.
Éste se encuentra presente reiteradamente a través de diversas actitudes, ámbitos y actuaciones formalmente aceptadas por la sociedad que, sin pretenderlo, connota este tipo de comportamientos machistas.

En la novela se hace especial hincapié en los cuentos y canciones tradicionales, pero también abarca de forma subyacente las tareas del hogar o los trabajos “categorizados” para hombres y mujeres.

Otros temas hallados dentro de la historia son la amistad, la soledad de las personas mayores, la relación con los padres o el primer amor, entre otros.

Así mismo, se lanza un poderoso mensaje para entender la tradición de los cuentos y canciones populares y no juzgar las costumbres de antaño o tratar de cambiarlas, sino más bien luchar por crear nuevas historias que favorezcan la equidad.

Un punto a destacar es que, de forma natural, Marisa, añade datos curiosos y culturales que amplían el conocimiento de los jóvenes lectores sin pretenderlo.

La contextualización, la edad de los personajes, la ambientación y el emplazamiento no son ofrecidas durante el relato, es algo que le resta una visión global y localizada a la obra, aunque es posible que, dado el deseo de la propia autora de abarcar a un amplio público, haya decidido obviar estos datos para conseguir tal fin.

Personalmente disfruté mucho la obra. Gracias al modo hilarante en que está escrito no pude dejar de lanzar sonrisas al aire durante su lectura, así mismo lo sucesivo de la acción convirtió el libro en una lectura ágil para pasar la tarde.

Considero que es una novela sensible, tierna y comprometida que se hace muy necesaria actualmente dado que la violencia de género y la desigualdad se encuentran inquietantemente a la orden del día, y con más frecuencia en los jóvenes.

En conclusión, “Música para melocotones” es una novela entrañable, divertida, fresca, transparente y llena de folclore que invita a reflexionar, a través de situaciones hilarantes, sobre una serie de temas educativos y sensibles que fomentan la mejora personal y social del lector.

Hasta diecinueve capítulos en forma de microhistorias que no son más que un mismo relato dividido en porciones para degustar poco a poco que nos hablan de la amistad, de la visión personal de todas las cosas, y también de las pequeñas dificultades de la vida que se superan mejor acompañados y con la verdad por delante.

A Salva León le gustaría trabajar de canguro como su amiga y vecina de toda la vida Cristina, pero muy pronto descubre que no lo tiene fácil. Los padres prefieren que las chicas se encarguen de cuidar a sus hijos y él no se conforma con las imposiciones del género que no hacen más que separarnos para que todo resulte más difícil.

[…] Si bien el mayor obstáculo, para qué engañarse, era el dato de mi sexo masculino y singular. Parece ser que los padres más modernos del mundo no quieren, por nada del ídem, que sea un chico y no una chica la que cuide a su retoño.

Muy pronto entra en escena Suso, amigo de Salva y de Cristina y a quien le acaba de dejar su novia. Los tres amigos nos muestran las dificultades de ocupar un lugar en el mundo y el privilegio de contar con el apoyo de la familia, unos pocos amigos, la música y un puñado de cuentos, los de siempre.

Porque la vida se parece a un melocotón; si somos capaces de llegar a la pulpa después de quitar esa pelusilla que a muchos produce picor y otros parecen inmunes.

Una novela que se lee de un tirón pero que, por el contrario, es mejor degustar poco a poco y que nos deja con una sonrisa en la boca. Contada a tres voces, primero Salva, luego Cristina y, por último, por un tercer personaje que nos hace pensar en Suso como en la propia autora. Cada voz nos ofrece una visión muy diferente de una misma historia.

Por otro lado, las ilustraciones de Alejandro Galindo encajan perfectamente en la línea del libro: frescas, desenfadadas y divertidas; adjetivos que también están en la línea de las publicaciones de la editorial. Ediciones DiQueSí se caracteriza por publicar libros dirigidos a jóvenes que también pueden disfrutar lectores de todas las edades con una edición muy cuidada y contenidos difíciles de olvidar.
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