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Hay libros que llegan a nuestras vidas en el momento preciso, como si con sus letras quisieran conversarnos un poco sobre el camino recorrido; como si hubiesen estado esperando para salir a la luz y darnos pellizcos en el rostro. El libro de Jaime Alfonso Sandoval, Los fantasmas de Fernando, ha cumplido con el papel que acabo de mencionar. Llega en un momento trascendental, me hace considerar mis propios fantasmas; ser consciente de ellos, reconocerlos, padecerlos, sufrirlos y aceptarlos. — “¿Y de qué va la historia?” Diría mi sobrino. Para responderle a Santiago y a quien lea esta descripción, me permito informarles que el libro trata de un adolescente llamado Fernando que atraviesa un momento caótico en su vida. de hecho, esa es su presentación, en solo tres meses: ha muerto su perro Domingo, lo dejó su novia Bere y se lesionó uno de sus brazos; impidiéndole ingresar a la escuela de música —propósito para el que, entre otras cosas, se preparó durante casi un año—. Hasta aquí todo normal en la vida de un muchacho de quince años, y podríamos decir que a esa edad se arma escándalo por todo, pero un día aparece una tía olvidada para informarle que va a ser heredero de un gran hotel y que, por ende, será millonario. ¿Del llanto a la dicha? Para beneficio del relato, resulta que Domingo no es un perro con una historia cualesquiera, Bere no lo dejó por cualquier bobería, su brazo no se rompió por una caída en bicicleta, el hotel que hereda en Los Sabinos no es tan fantástico, porque de eso solo las primeras seis letras y un complemento sufijado negativo: f-a-n-t-a-s-mal. En esta historia, por tanto, estos seres abstractos serán tan solo un pretexto para que Fernando recuerde a su padre y nos cuente paralela y majestuosamente su pasado y su presente, pero también nos sirve a nosotros los lectores para descubrir los monstruos arraigados en nuestras memorias, aberraciones que muy probablemente creíamos olvidadas. — “Tío, ¿qué es un adolescente?” Ya lo sabrás, querido Santi, justo cuando también comprendas el significado de caótico. |
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