Esta antología no tiene desperdicio (ni excremento). Hay que leer desde el divertidísimo copyright hasta la biografía (algo maquillada) de los autores. Pero que nadie se engañe por el desenfadado tono del antólogo; se trata de una magnífica y ecléctica colección de relatos con historias y estilos de lo más variados, algunos de enorme calidad, ninguno malo, y que se leen de una sentada (nunca mejor dicho).
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