Primera experiencia con este autor gallego con la cual he acabado mas que satisfecho, recordando ese enganche a la buena novela negra con un ritmo frenético, una trama muy bien hilvanada, una crueldad llevada al extremo y un reflejo perfecto de hasta qué limites puede llegar el alma humana. Recomendado por varios lectores cercanos, no han fallado.



La historia trascurre en tierras viguesas, un inspector de policía se encuentra en plenas fechas navideñas con la aparición de cuatro cadáveres brutalmente mutilados, en diferentes puestas de escenas abiertas a todo tipo de especulaciones y lecturas que se encargará de descubrir. A priori únicamente el nexo de unión entre los tres cuerpos podría ser la edad, pero todo se es cuestión de ir descubriendo mas conexiones a medida que devores las páginas. No quiero revelar mas porque merece la pena ir destapándolo uno mismo.

Una lectura no apta para estómagos sensibles, la crueldad y la maldad sin paliativos nutren la novela, tanto en las ejecuciones como en los detalles escabrosos que cubren gran parte de la trama. Con estilo de narrar intenso, sin entrar en descripciones ambientales ni geográficas el autor hace hincapié en resaltar el lado mas sombrío de los personajes que acaparan el protagonismo, el mal personificado a través de sobre todo los crímenes y las ejecuciones que se llevan a cabo.

Con un ritmo frenético, capítulos cortos, saltos en el tiempo, giros inesperados, la tensión y la angustia se reparte a lo largo de la novela, y un final redondo y coherente que justifica su lectura

Una gran novela negra cargada de crueldad y maldad.
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