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Esta era la segunda novela que leía del autor, y quizás las expectativas tan altas que tenía jugaron en su contra. La historia se va desinflando a medida que pasan las páginas al igual que el interés inicial que me despertaron sus personajes, que terminan resultando bastante planos y un tanto estereotipados. A modo de laberinto de Ikea (perdón, de Orsk) llega un momento que la trama da vueltas sobre si misma sin aportar prácticamente nada, y sin conseguir, al menos en mi caso, ese ambiente opresivo que imagino intentaba recrear. Hacia el final ya me daba igual si se salvaban o se morían todos, y tampoco me parece demasiado original el misterio que encierra la tienda. La edición me parece muy original y realmente bonita, y me gustó mucho que cada capítulo empiece Seguiré leyendo al autor porque reconozco que tiene algo en la forma de escribir que me atrapa, pero con las expectativas algo más relajadas. + Leer más |
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