Alfileres en el corazón de Érika Gael
Danielle despertó de su letargo mágico como si se hubiera dado una buena culada contra el suelo. ¿Pero qué…? —¡Imbécil! ¿Por quién me tomas? ¡No vuelvas a tocarme! Le cerró la puerta en las narices después de darle el empujón que merecía. ¿Cómo se atrevía a insultarla de esa forma? Ella no era una cualquiera de esas que juega a dos y tres bandas sin importarle los sentimientos de los demás. Cuando se sentía atraída por una persona, sólo tenía ojos para esa, nada más, y mucho menos andaba por ahí besuqueándose con otros sin ton ni son… Ups. Se había olvidado de Kieran. |