Ninguna Eternidad Como La Mia de 聲geles Mastretta
Los volcanes aparecieron frente a los ojos de Isabel mientras el tren llegaba a la estaci鏮 de Puebla, y desde entonces quiso reverenciarlos. No se atrevi siquiera a preguntarse las razones de su atracci鏮 por ellos. Le bast su imponente belleza para considerarlos cosa sagrada, le bast saber que ya estaban ah millones de a隳s antes de que la especie humana llegara al mundo.
|