El lejano murmullo de la felicidad de Álvaro Sánchez-Elvira
¿De qué sirve escribir, de qué publicar? ¿A quién beneficia, a quién ayuda? ¿Mejora en algo el mundo que dejamos? —dijo el profesor—. La buena literatura, aunque nadie sabe muy bien cómo ocurre, se las apaña para responder con rotundidad todas esas preguntas. Sí, claro que la literatura sirve para algo. Claro que puede cambiar el mundo, a mejor y a peor. Pero puede que no haga falta ser tan ambicioso; si se propone uno escribir el libro más importante de su época, seguramente termine escribiendo solo el más importante del cajón polvoriento en el que termine. Pregúntese, más bien, si lo que escribe le sirve a usted de algo.
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