El cerebro del niño explicado a los padres de Álvaro Bilbao
Cuando a alguno de mis hijos le cuesta dormir, practicamos un ejercicio muy sencillo, pero que los ayuda mucho a relajarse. Les pido simplemente que intenten atrapar el aire. Como no pueden hacerlo con las manos, les pido que lo atrapen con la nariz, con la única condición de que lo atrapen muy despacio, llenen su tripita y luego lo suelten despacio. Cualquier actividad en la que el niño se concentra en lo que está pasando en ese mismo momento puede ayudarlo a tener una atención más tranquila, y le permitirá aprender a concentrarse y a relajarse cuando sea mayor.
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