El cerebro del niño explicado a los padres de Álvaro Bilbao
Sea como fuere, intenta recordar que la recompensa no debe ser el motor del niño, sino la consecuencia agradable que ayude a que las conductas positivas se repitan y se motiven espontáneamente. De poco sirve que el niño recoja los platos a cambio de un rato de colorear con mamá, porque no aprenderá la importancia de cumplir con su responsabilidad, sino la utilidad de hacerlo. En este sentido, es importante que tengas en mente que los refuerzos deben darse después de que el niño haya hecho algo valioso () y que no conviene ofrecerlos como una moneda de cambio ().
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