Yukio Mishima
Mi ciega adoración a Omi carecía de todo elemento de crítica consciente, y menos aún adoptaba yo un punto de vista moral en cuanto concerniera a Omi. Y siempre que intentaba definir la amorfa masa de mi adoración mediante las limitaciones del análisis, aquella adoración desaparecía. Si realmente existe el amor sin duración y sin avances, ésa era exactamente la emoción que Omi suscitaba en mí. Los ojos con que veía a Omi eran siempre los ojos de o, si se me permite decirlo, de . por mi parte, se trataba de una actitud puramente inconsciente, de un incesante esfuerzo de proteger mi pureza de catorce años del proceso de erosión.
|