Guayacanal de William Ospina
Después nos fuimos muy lejos, y las sirenas nocturnas de la ciudad nos dijeron que no habíamos ganado un cielo, pero que ya, definitivamente, habíamos perdido un mundo.
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Guayacanal de William Ospina
Después nos fuimos muy lejos, y las sirenas nocturnas de la ciudad nos dijeron que no habíamos ganado un cielo, pero que ya, definitivamente, habíamos perdido un mundo.
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