La jaula del rey de Victoria Aveyard
Hay partes de mi, partes pequeñas, todavía enamoradas de una ficción. De un fantasma que reside en un chico de carne y hueso al que ni siquiera comprendo. El fantasma que se sentó junto a mi lecho mientras yo dormía agobiada de dolor. El fantasma que mantuvo lejos de mi mente a Sansón, lo sé, hasta que no pudo aplazar más una tortura inevitable. El fantasma que me ama, a su muy perversa manera. Y siento que esa perversidad surte efecto en mi. |