Nuestra Señora de París de Victor Hugo
Así, pues, como no se disponía de otro camino que el de la construcción para expresarse,salir a la luz pública, todo el pensamiento se concentraba en ella y de ahí la inmensa cantidad de catedrales que han cubierto Europa en número tan prodigioso que, aun habiéndolo comprobado, apenas si se le puede dar crédito. Todas las fuerzas materiales y espirituales de la sociedad convergían en el mismo punto: la arquitectura.
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