Verte Morir de Verónica Sevilla
Desgraciadamente, puede que haya sido yo mismo el que ha empujado mis fichas hasta hacerlas caer para no poder volver a levantarlas. Pues ahora veo que jamás podré recorrer esa ansiada línea recta, que jamás habrá una senda que me lleve a ningún lugar, y aún menos, que me guie directo al corazón de nadie.
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