Verte Morir de Verónica Sevilla
Y nuestra «verdadera despedida» vuelve a tener el final que cabría esperar. Un mal final.... Y las fichas de dominó forman el tan acostumbrado y desafortunado arco en la trayectoria de mi vida.
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Verte Morir de Verónica Sevilla
Y nuestra «verdadera despedida» vuelve a tener el final que cabría esperar. Un mal final.... Y las fichas de dominó forman el tan acostumbrado y desafortunado arco en la trayectoria de mi vida.
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Verte sangrar de Verónica Sevilla
La monotonía apoderándose del presente, pero no de mi futuro. Eso ahora era elección mía, mi problema.
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Página en Blanco de Verónica Sevilla
Enterrada en vida, así se sentía, hundida en la tierra sin el más mínimo hueco para tomar una última bocanada que la dejara respirar un poco más. Bajo la tierra, ella y sus fracasos resistirían hasta que su corazón decidiera dejar de latir.
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Página en Blanco de Verónica Sevilla
No deja de ser triste una enfermedad. Siempre lo es. Pero esta además es cruel, pues detrás de un aspecto físico sano, se extiende una oscuridad que abarca, cada vez con más empeño, la mente de la persona escogida, anegándolo todo hasta alcanzar la fase definitiva.
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Verte Morir de Verónica Sevilla
Desgraciadamente, puede que haya sido yo mismo el que ha empujado mis fichas hasta hacerlas caer para no poder volver a levantarlas. Pues ahora veo que jamás podré recorrer esa ansiada línea recta, que jamás habrá una senda que me lleve a ningún lugar, y aún menos, que me guie directo al corazón de nadie.
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Verte sangrar de Verónica Sevilla
Quiero más, más sangre o más de él. Al fin y al cabo, ¿Cuál es la diferencia? |
Verte sangrar de Verónica Sevilla
He acabado por comprender que son las situaciones que vives y las personas que te rodean las que te obligan a cambiar, aunque no quieras. De que, con el paso de los años, dejas de ser lo que fuiste alguna vez. Te roban tu pureza, tu ingenuidad y tus valores iniciales, hasta tal punto que te acabas convirtiendo en lo que odiabas. Lo más triste es que a eso lo llamen madurar...
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Página en Blanco de Verónica Sevilla
Las alas de la muerte se extienden sin permiso y dan sombra a quien se les antoja.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?