Un beso bajo el muérdago: Precuela Soldados Valerosos de Verónica Mengual
―¿Te has fijado en eso, amigo mío? ―preguntó con ilusión el conde. ―¿En que York te ha perdonado la vida por haberte pasado la cena mirando y admirando a su prometida? ―No. En eso no. En el hecho de que teme que yo sea un rival para él. |