Los Bosnios de Velibor Colic
—¡Eh, Haso! —dice Huso, sin aliento—. Todo Sarajevo a punto de palmarla, y tú no encuentras nada mejor que hacer que columpiarte. Salva el pellejo mientras estés a tiempo… —Si no me estoy columpiando —responde Haso—, ¿no ves que estoy fastidiando a un francotirador serbio? |