Los viejos creyentes de Vasili Peskov
¿Cómo está el mundo? [...] Le dije que el gran mundo se agitaba inquieto. [...] La agitación del mundo le transmitía equilibrio espiritual. Este hombre nada tonto, aunque cerrado y fanático, debía de recibir, sin duda, la visita de una idea fría y peligrosa como una serpiente para unos pies descalzos: ¿hemos vivido la vida correcta?
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