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Marta Sánchez Nieves (Traductor)
ISBN : 8417553738
264 páginas
Editorial: Impedimenta (19/10/2020)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 13 calificaciones)
Resumen:
A finales de los años setenta, un piloto ruso que sobrevolaba un tramo montañoso y remoto de la taiga siberiana, descubrió, en medio de una escarpada zona boscosa, un pequeño rectángulo de terreno, con una cabaña. En aquella olvidada parte del mundo, la existencia de núcleos humanos era estadísticamente imposible. Poco después, un grupo de científicos se lanzaron en paracaídas sobre la zona y, atónitos, descubrieron que en la primitiva cabaña campesina de madera hab... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (4) Añadir una crítica
Vane24
 20 January 2021
Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, creo que lo primero es destacar el formato de impedimenta para el libro. de un tamaño poco más grande a un libro de bolsillo. En tapa blanda pero con sobrecubierta, de un tacto tipo cartulina. Con la sorpresa de que si quitamos la sobrecubierta, debajo tenemos el dibujo de la portada en grande, que engloba la portada y la contraportada. Un detalle muy bonito que me ha llamado la atención.

Y ya metiéndonos en barrena con el libro, diré que me ha sorprendido leer "Los viejos creyentes". No es una historia al uso, ya que todo lo que se narra en él, es realidad. Los viejos creyentes existieron. La familia Lykov también. Y es muy llamativo leer al respecto de ellos.

El autor, Vasili Mijáilovich Peskov, reportero gráfico y presentador de televisión, nos narra cómo vivían y cómo conoció a la familia Lykov. Y todo lo que, después de 8 años, se creó alrededor de ellos.

Cómo, por casualidad, sobrevolando la taiga siberiana, descubren lo que parece una cabaña, y con sorpresa observan que hay gente en la puerta.

Unos geólogos que se habían asentado relativamente cerca, deciden ir a investigar, y de esta manera conocen a la familia Lykov. Son los últimos de los llamados viejos creyentes, que allá por el siglo XVII, en tiempo del zar Pedro el Grande, huyeron a las montañas para alejarse del mundo y del pecado, para que les dejasen de perseguir y poder llevar su vida y su fe en paz.

Una llamada a Vasili Mijáilovich Peskov es suficiente para que decida ir, conocerlos y escribir sobre ellos.

El libro, "Los viejos creyentes", comienza contándonos todo esto, el inicio de los Lykov y sus primeros contactos con "el mundo", como ellos lo llaman. El autor nos narra cómo vivían, la isba que usaban para dormir, en dónde el suelo estaba lleno de suciedad, dónde obviamente, no tenían luz, ni agua. Con ropas hechas a mano, con cáñamo y comiendo de lo que cultivan, patatas en su gran mayoría, y de lo que la naturaleza les da, como los ansiados piñones.

Cuando llega allí, se encuentran al cabeza de familia, el padre, con sus dos hijas y sus dos hijos. Todos viven en la taiga, aislados del resto del mundo y sin tener contacto con nadie, consideran que no se les permite, y para su fe y creencias, tienen que vivir así.

Quedan completamente aislados por la nieve, en muchas ocasiones, desde septiembre hasta marzo o más. de tal manera que lo que cosechan, es recogido primero y almacenado para sobrevivir ese año, hasta que las nuevas plantaciones den fruto de nuevo. de esa manera secan patatas, o incluso pescado, y cuando hay suerte de cazar algún animal, secan la carne para conservarla e ir racionando para los meses duros que llegan.

Cuando Vasili Mijáilovich Peskov comienza a contar la historia de los Lykov, muchísimas personas siguen su caso, e incluso les mandan dinero para que les compren cosas. Mucho de los que les llevan, como las cerillas o la harina, es rechazado "porque no les está permitido".

Durante los años que Vasili Mijáilovich Peskov tiene contacto con ellos, va recogiendo sus vivencias y los cambios que observa en esta última comunidad de viejos creyentes. Todo ello nos lo va narrando poco a poco, año a año y en muchas ocasiones parece que estemos allí.

Los Lykov es una familia a la que acabas cogiendo cariño. Sus experiencias, los riesgos de la naturaleza, si se ponen enfermos, la soledad que tienen durante toda su vida, nos va a llegar muy dentro. Cuando les pasa algo, sufres con ellos, y cuando se alegran por lo que podemos considerar una pequeña cosa, también nosotros lo haremos.

Me ha sorprendido que, a pesar de todo, ellos eran acérrimos a su fe y sus creencias. Aun sabiendo que ciertos objetos les iban a mejorar la calidad de vida, o la alimentación, no los aceptaban. Preferían vivir como siempre se les había enseñado y a lo que estaban acostumbrados. Por el contrario, otros objetos los acogen con mucho cariño y naturalidad, y no se asombran de saber que existen trenes, o aviones en los que viajar. Todo para ello es nuevo, ni siquiera saben de la existencia de países como los Estados Unidos, o las guerras que haya podido haber.

"Los viejos creyentes" está narrado como si fuera una historia, de tal manera que se hace ameno de leer, e incluso nos engancha por saber que va a pasar, ¿van a seguir viviendo allí? ¿Hasta cuándo?. Las descripciones son muy acertadas y precisas, en ocasiones es cómo si pudiéramos sentir el crujir de la nieve bajo nuestros pies.

¿Qué hubiera pasado si la casualidad no llega a intervenir para que los encuentren? Me sorprende pensar, que igual que ellos, otros antes vivieron así, y nadie supo de su existencia. Y lo mismo hubiera pasado con ellos. Hubieran pasado por este mundo "como de puntillas", allí solos y sin saber nada del mundo, ni el mundo de ellos.

A pesar de no tener contacto con nadie, con Vasili Mijáilovich Peskov, con Nikoláiy con Yeroféi, sí que entablan una bonita amistad. Les consideran hasta de la familia, rezan por ellos (para ellos muy importante) y también de vez en cuando bajan al asentamiento de los geólogos. Realmente necesitan el contacto con la gente, aunque sea en proporciones muy peculiares para ellos, pero esa necesidad está y lo vemos reflejado.

Durante la novela, encontramos algunas fotografías que se realizaron a lo largo de los años. de la isba en que vivían, de los campos de cultivo, del paisaje, y alguna que otra de ellos mismos, ya que no aceptaban las fotografías.

He disfrutado mucho de la lectura de "Los viejos creyentes". Es un libro diferente, que merece la pena leer y conocer a la peculiar familia Lykov.
Enlace: https://www.anikaentrelibros..
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AnnabelLee
 20 February 2021
República del Altai, Siberia sudoccidental. Año 1978. Un grupo de geólogos sobrevuela esta región de la antigua Unión soviética buscando nuevos yacimientos de hierro. Ante la sorpresa y estupor del piloto, en mitad de la nada, en la zona más agreste de las montañas del Sayán, descubren un par de cabañitas y unos huertos que no figuraban en ningún mapa del país. La zona es conocida por estar totalmente despoblada debido a la dureza del clima con temperaturas que en invierno roza los -50°C. Días después, un grupo de científicos se lanza desde un helicóptero para inspeccionar la zona y descubrir el motivo de la presencia de dichas casas. Ante su sorpresa, aparece una familia formada por Karp Lykov, el padre, y tres de sus hijos: Dmitri, Natalia y Agafia. Son un pequeño grupo familiar de viejos creyentes cristianos ultraortodoxos anclados social y materialmente en el siglo XVII, esta pequeña facción ultraconservadora se escindió de la iglesia oficial tras el intento de modernización por parte del Papa Nikon apoyado por el zar Alejo I de Rusia, aquellos que no estuvieron con los nuevos ritos huyeron de la civilización adentrándose cada vez más en la inhóspita y remota Siberia. Ya en el siglo XX, un pequeño grupo de viejos creyentes se adentró en las remotísimas montañas del Sayán a más de 250 kilómetros de la aldea más cercana o a 4 semanas en barca remontando el río Ierinat. Allí, un matrimonio formado por Karp y Akulina, portando a sus dos hijos apenas bebés, se asentaron lejos de la pecaminosa sociedad moderna pero cerca de Dios. Construyeron una pequeña barraca, cultivaron huertos con los que alimentarse y confeccionaron ropa. Durante más de 40 años los Lykovy vivieron a las espaldas del mundo. No conocían la electricidad, agua corriente ni cualquier comodidad que un ciudadano ruso de la época daba por hechas. Cuando se dio a conocer la noticia, la sociedad del país quedó conmocionada. Se despertó una enorme curiosidad sobre el modo de vida de esta gente que no se había enterado de las guerras mundiales ni de la existencia de aviones, coches, etc.
El público y la comunidad científica quisieron saber todo sobre ellos, sus costumbres, forma de hablar, de alimentarse, su religiosidad extrema... Básicamente cómo había podido sobrevivir un grupo tan reducido sin ayuda de nadie y sin apenas bienes materiales.
Vasili Peskov (1930-2013) periodista del periódico Pravda visitó en diversas ocasiones a la familia Lykovy haciéndose amigo de ellos. A lo largo de varios años escribió una serie de artículos sobre las vivencias de esta familia, les llevó regalos donados por gente de todos los rincones del país, unos fueron aceptados de buen grado, otros rechazados: "no, es pecado".
La historia es narrada con simpatía, sorna y críticas al celo religioso de sus protagonistas. Actualmente solo sobrevive Agafia lykova, de 73 años, la hija pequeña de la familia. Sigue viviendo sola en mitad de la nada, rezando 6 horas diarias, y el resto las dedicas sobrevivir en un ambiente muy hostil pero que no le quita la felicidad y la alegría por la vida. Agafia recibe la visita del médico una vez al año, de tanto en tanto recibe la visita de algún turista-aventurero que rompe la tranquilidad de su vida cotidiana dedicada a Dios. La última noticia que tenemos de esta mujer es del 11 de noviembre de 2020 cuando recibe un cargamento de víveres para soportar el largo invierno en el Altai.
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Lavidamurmura
 09 June 2021
≪No nos está permitido vivir en el mundo≫. Este será el mantra fruto de la fe extrema que vertebrará una novela que nos habla del aislamiento voluntario que no entiende de faltas, necesidades, relaciones... hasta que la presencia de otros seres humanos confronta tus creencias con las suyas.

Los viejos creyentes se consideran a sí mismos los cristianos más auténticos. Es a raíz de una serie de conflictos en la Rusia del siglo XVII que, para protegerse de la persecución que sufren, viven apartados en la taiga siberiana. Escondidos en una naturaleza cruel e inmisericorde, se adaptan a la soledad, la austeridad y, ante todo, al implacable paso de los años.

Más que una novela es una crónica periodística que, sí que es cierto, seduce casi desde el principio por lo insólito y misterioso del comportamiento de una familia cada vez más mermada, que persiste en la solidez de sus principios.

La historia no solo es interesante porque te describa el modo de vida y pensamiento de unas personas que viven ancladas en el tiempo de hace dos siglos, sino porque también te presenta la perspectiva del investigador. Es básicamente el relato del periodista Peskov el que nos va presentando fragmentos de una vida lineal que solo sufre el sobresalto de la enfermedad, la muerte y las visitas de dichos investigadores, casi una segunda familia.

Más allá de eso, sí que es cierto que la historia llega un momento donde no da más de sí. Los personajes de esta novela no claudican ante la manera de ver el mundo que le muestran aquellos que, aun acogiendo con tolerancia al diferente, en el fondo solo quieren cambiarlo y conseguir que su visión de la realidad se parezca un poco más a la suya.

La familia Lykov no busca la evolución en sus vidas porque consideran que el mundo actual solo les puede traer aspectos negativos. Y, mirando desde la perspectiva del poder de elección ¿no es eso justamente la libertad, el poder decidir en qué creer, cómo vivir, dónde morir?



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Selene_BS
 15 January 2023
Este libro no está bien escrito, es la verdad. Siendo una crónica periodística de un hallazgo insólito, no nos lo dan ordenado y digerido, mal que le pese a su autor, periodista ruso, ya fallecido. Sim embargo, se ha llevado mis cinco estrellas: por ser un libro comunicador, muy humano, muy esencial, con una preciosa conclusión final del autor que me ha puesto los pelos de punta. Es sencillamente increíble el ser humano, no importa cuanto nos condicionen, cuanta “soma” nos den para volvernos tontos, cuan urbanitas o rurales seamos, nuestra capacidad de adaptación es casi un poder sobrenatural.

En los años setenta, con motivo de un proyecto de estudio, un grupo de geólogos rusos volaban en helicóptero por la taiga siberiana. Se llevaron la sorpresa de encontrar desde las alturas, señales inequívocas de habitabilidad humana, pues visualizaron una isba y lo que parecía ser una parcela de cultivo. al bajar e inspeccionar la zona, encontraron una familia compuesta de seis personas, que los miraban con asombro. Padre y madre, los Lykov, se habían instalado cincuenta años atrás, tras la persecución de los Viejos Creyentes con el cambio de gobierno en Rusia. Esta secta de cristianos ultraortodoxos no encontraron otra salida que adentrarse en la taiga siberiana para sobrevivir.

Como comenté antes, esta crónica está algo desordenada, extrañamente narrada, pero se te queda el corazón calentito al finalizarla porque son muchas las cuestiones a reflexionar. Es inevitable ponerse en los zapatos de estas personas, también en el grupo de geólogos y todos aquellos que intentaron “rescatarlos” del lugar.

Recomiendo muchísimo esta lectura, no solo por lo sorprendente del hallazgo sino por la inevitable reflexión.

Enlace: https://linktr.ee/Srta.Bethsua
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Las críticas de la prensa (1)
Abc03 December 2020
Vasiki Peskov narra en «Los viejos creyentes» la lucha por la subsistencia de una familia que huyó a la taiga, con inviernos de hasta cincuenta grados bajo cero y ochos meses de nevadas, y se aisló por completo del mundo.
Leer la crítica en el sitio web: Abc
Citas y frases (5) Añadir cita
LavidamurmuraLavidamurmura01 June 2021
Esta fe frenética, el convencimiento de solo nosotros somos los auténticos cristianos, los había empujado a un grado extremo de aislamiento, a una dramática vía sin retorno. Pero ese mismo frenesí de su fe los había ayudado a sobrevivir, a resistir, a soportar todo lo que estaba escrito en su destino. Un experimiento llevado a cabo por la propia vida.
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LavidamurmuraLavidamurmura01 June 2021
¿Cómo está el mundo? [...] Le dije que el gran mundo se agitaba inquieto. [...] La agitación del mundo le transmitía equilibrio espiritual. Este hombre nada tonto, aunque cerrado y fanático, debía de recibir, sin duda, la visita de una idea fría y peligrosa como una serpiente para unos pies descalzos: ¿hemos vivido la vida correcta?
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Vane24Vane2431 October 2020
No salió nada bueno, ni podía haber salido, claro. De mí solo quedó la piel. Y los huesos.
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AnnabelLeeAnnabelLee01 December 2020
¿Cómo se curan los dientes los Lykovy?, me pidió que averiguara uno de nuestros lectores. Agafia dijo: "Con oraciones. Si la oración no ayuda, mantenemos la boca abierta sobre una patata muy caliente".
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LavidamurmuraLavidamurmura01 June 2021
Esta es la historia. Un suceso fósil, excavado de la existencia humana. Se puede suponer que similares Vías sin Retorno han nacido en el pasado reciente.
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