A veces, hay que subir a los tejados A veces hay libros, escritores, narrativas que me recuerdan a otros libros, escritores, narrativas. En este viaje literario he encontrado que los tejados son lugares bien cómodos porque Rulfo, Kafka y Italo Calvino hablen sobre libertad; que Dickens puede contarnos un caso de Sherlock Holmes; que humor, miedo, tristeza y misterio pueden convivir en 176 páginas; que la ficción también puede inyectarnos el estado de alerta constante y la oscuridad de las enfermedades dictatoriales y paranoicas (la pesadilla de muchas personas cuando alguien quiere concentrar todas las razones y todos los poderes y quiere imponer sus ideas a todo el mundo) ... En este mundo ficticio, pero paralelo al real, que construye pieza a pieza Unai Elorriaga, con todo tipo de detalles con los que nos hace un guiño para que reflexionemos. |