Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena
-No solo ha de cambiarse de ropa, como le ha sugerido el doctor, sino también de nombre. Llamase Alicia simplemente: el apellido ni lo mencione. Para las gentes que va usted a tratar, hasta una fonética extranjera marca un signo de excesiva “diferenciación”. Y ya esta usted más que diferenciada con su estatura, sus rasgos faciales tan perfectos, su distinción natural y su clara inteligencia, para “además” llamarse o vestirse de un modo distinto a como ellos acostumbran a oír o a ver. |