Nada crece a la luz de la luna de Torborg Nendreaas
Entonces me giré hacia ella y vi su rostro por primera vez. En este punto he de detenerme de nuevo, pues algo ocurre cuando se ve el rostro de una persona por primera vez. Uno regresa de buen grado a ese instante para hallar el hilo que conduce a la siguiente fase: cuando uno ve a la persona que posee ese rostro, la verdadera persona
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