¿Cómo perdiste el brazo, Balchowsky? de Toni Orensanz
Fue un superviviente que se aferró a la vida. Una lección ambulante de resistencia y de superación sonriente. Un perdedor entre perdedores al que nada terminó de salir bien, pero del que todos se encariñaban. Un idealista a quien la vida maltrató con saña, obligado a descubrir demasiado pronto que la vida iba en serio y que, pese a ello, se obstinó en vivirla hasta no poder. Sin resentimiento. Mentor espiritual y gurú. salvador para muchos, aunque él no supiera redimirse, como los buenos mesías. Un hombre esencialmente libre y de una cierta candidez. Un buen tipo. Un amor. Un idealista iluso. Un maestro of the streets. El pianista de un solo brazo. Aquel pecador tan agradable. El rey de los callejones.
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