El verano de los juguetes muertos de Toni Hill
Héctor siguió hablándole sin mirarla, con la vista puesta al frente. —¿Qué te pareció la familia Castells? —preguntó él de sopetón. Ella tardó unos instantes en contestar. —Es curioso... Pensé que sería más duro. Interrogarlos sobre la muerte de un hijo de sólo diecinueve años. —¿Y no lo fue? —Su tono aún era tenso, rápido, pero esta vez se dignó a volverse hacia ella. |