El niño perdido de Thomas Wolfe
Y de nuevo, de nuevo, volví a la calle para hallar el lugar donde las dos esquinas se tocaban y me volví para ver adónde se había ido el Tiempo. Y todo era allí como siempre había sido. Y ya no quedaba nada ni nada volvería nunca. Y todo seguía siendo igual, como si no hubiera cambiado desde entonces, sólo que todo se había perdido y había sido recobrado y capturado para siempre. Y así, al haber encontrado todo, supe que lo había perdido.
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