La montaña mágica de Thomas Mann
En la consideración de éstos, me perjudicó mucho la circunstancia de que yo escribiera poesía. En este punto no había sido yo lo bastante discreto, probablemente por vanidad. Un romance por mí dedicado a la heroica muerte de Arria, Paete non dolet, con el que me había estado luciendo ante un compañero, y que éste había entregado, en parte por admiración y en parte por mala idea, el catedrático, hizo advertir claramente a los superiores, ye en el cuarto curso, mi carácter especial y contrario a los reglamentos.
|