La montaña mágica de Thomas Mann
A mí el escribir me parece siempre una especie de ociosidad apasionada y una sustracción atormentadora a tareas más felices. Interviene en ello una gran cantidad de sentimiento ingenuo del deber y del imperativo categórico, y se podría hablar de la paradoja de una ascética acompañada de una mala conciencia, si no se mezclase con ella una buena parte de placer y de satisfacción.
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