Un bien relativo de Teresa Cardona
No dudaba había que poner pasos de cebra, pero era partidaria de mirar antes de cruzar. Si no se le dejaba una mínima responsabilidad al ciudadano, llegaría un momento en el que se sentiría incapaz de hacer el más mínimo esfuerzo sin el cartelito estatal. Y, se dijo Karen, solo un Estado totalitario podía controlarlo todo.
|