El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes de Tatiana Tibuleac
Habría inventado para ella un millar de excusas, las habría escrito con mi mano de niño y las habría escondido discretamente en su boca para cuando llegara el momento de darme una explicación. Pero mi madre no vino, no me habló, no me llamó. Mi madre eligió otro camino.
|