La espada de hiedra de Tasha Suri
“Eres como la tinta”, pensó Malini sin poder contenerse. “Eres tinta y no quiero sino hacer poesía contigo”.
|
La espada de hiedra de Tasha Suri
“Eres como la tinta”, pensó Malini sin poder contenerse. “Eres tinta y no quiero sino hacer poesía contigo”.
|
La espada de hiedra de Tasha Suri
Su gobierno era muy parecido a aquel mahal: estaba medio roto y se mantenía en pie gracias a la suerte y a la magia.
|
La espada de hiedra de Tasha Suri
Aquel era su ejército, las fuerzas unidas de las ciudades-estado del imperio. Todos ellos la ayudarían a derrocar a su hermano y hacerse con el trono. Con su trono, que lo era tanto por derecho de sangre como por derecho de profecía.
|
El trono de jazmín de Tasha Suri
¿Cuánta justicia, cuánta sangre, cuánta muerte, cuánto sufrimiento podrían ser suficientes para un emperador deseoso de condenar a su propia hermana a morir en el fuego?
|
El trono de jazmín de Tasha Suri
Se obligaría a sobrevivir. Esperaría. Y cuando se le presenta una oportunidad de escapar del Hirana, cualquier oportunidad, la aprovecharía.
|
El trono de jazmín de Tasha Suri
Tiempo atrás, ella había estado destinada a ser mucho más. No podía ser aquello para lo que había sido educada. Pero tal vez, solo tal vez, podría permitirse querer un poco más que lo que tenía. Solo un poco. |
¿Qué movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX busca representar la realidad tal como es, sin idealizarla?