El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
«¡Es nuestro gato!», decía mi mujer a pesar de ser perfectamente consciente de que no era cierto. Se lo comía con los ojos. Estaba convencida de que era un regalo del cielo.
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El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
«¡Es nuestro gato!», decía mi mujer a pesar de ser perfectamente consciente de que no era cierto. Se lo comía con los ojos. Estaba convencida de que era un regalo del cielo.
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