El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
«¿Y si sencillamente nos lo llevamos, lo robamos?», le propuse a mi mujer en voz baja. Ella sonrió sin ganas. Con su gesto expresaba lo difícil que le resultaba entender que aquel que entraba hasta lo más profundo de la casa, hasta el fondo mismo de nuestros corazones, no fuera más que un simple invitado.
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