El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
En la penumbra de la casa, la diminuta pelota blanca rebotaba con golpes secos y el pequeño ser vivo que la perseguía, bañado con el claro lechoso, se metamorfoseaba en una perla nacarada.
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El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
En la penumbra de la casa, la diminuta pelota blanca rebotaba con golpes secos y el pequeño ser vivo que la perseguía, bañado con el claro lechoso, se metamorfoseaba en una perla nacarada.
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