El Insomnio de Tahar Ben Jelloun
La jaqueca no es una enfermedad. Es un estado del ser. Una presencia perturbadora en la que la mente queda presa. Una especie de tortura, una antesala del infierno que los textos religiosos anuncian para los infieles. Un castigo supremo. Un suplicio permanente cada vez más extenso y más hondo. Un horror.
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