Noches en Florencia, 2. La alondra de Sylvain Reynard
Nadie merece misericordia. No merecerlo es lo que lo hace compasivo.
|
Noches en Florencia, 2. La alondra de Sylvain Reynard
Nadie merece misericordia. No merecerlo es lo que lo hace compasivo.
|